jueves, 15 de septiembre de 2011

Prologo


Lunes. Día 1.

Era una típica tarde de Lunes en una típica tarde de verano en una típica librería de un típico centro en una típica ciudad. Yo era un típico chico que su (bueno, la verdad no…) típico padre le hacía trabajar para el abuelo. Pero algo cambió mi típica rutina… Muy atípicamente (¿Existe esta palabra? Si sí, me encanta.)
De pronto entraron por la (ya saben que adjetivo pienso usar) puerta tres chicas. Se pusieron a buscar entre las (ya saben…) estanterías. Creo que no encontraron lo que buscaban, o desde un principio no buscaban nada en especifico. Las tres se acercaron a mi mesa (sí, es mía y de nadie más).
Claudia: Disculpa, ¿Sabes donde se encuentra la sección de Ciencia-Ficción?
Mateo: Sí, la puedes encontrar al final de la tienda. Hay una pequeña puerta; entren ahí y la encontrareis.
Ainara: Ya  estuvimos ahí antes y no hay ninguna puerta.
Mateo: Os acompaño (eso me entretendría unos momentos).
Creo que no se podían creer que detrás de esa muy atípica puerta estaba lo que buscaban. Cuando pasamos, una de ella no quería arrastrarse por el suelo pero aún así lo hizo. Luego nos pusimos a buscar un libro para una de ellas.
Al rato pasó lo más atípico que le puede pasar a una persona en el universo. Mi vida nunca volvería a ser como antes.
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Cuatro chicos (dos chicos y dos chicas) miraban el suelo como si ahí se encontraran todas las respuestas a todas sus preguntas. En él se encontraba un libro tirado en el suelo, hace solo unos segundos ese libro estaba en las manos de una chica. Pero no era el libro lo importante, ni el hecho de que estaba en el suelo; sino la chica. De una u otra forma había desaparecido.
Alicia: ¿Qué ha pasado?
Mateo: La verdad es que no tengo ni la menor idea. Esto no es muy típico.
Felipe: Más bien es totalmente atípico.
Ainara: ¿Dónde está Claudia, hace unos segundos estaba aquí?
Felipe: Cómo que ha desaparecido…
Alicia: Cómo que a eso llegamos… El problema es el cómo. Tú. Chico del mostrador. ¿Cómo te llamas?
Mateo: Me llamo Mateo. No me llames chico del mostrador, es muy típico.
Alicia: Hay alguna forma en la que haya podido desaparecer sin tener que llegar a la conclusión que la magia existe o que ella era una especie de ser sin cuerpo y los científicos están mal.
Mateo: No creo…
Ainara: Antes de desaparecer así de repente ella estaba viendo ese libro. Puede que si imitemos sus movimientos encontremos alguna pista.
Los chicos se acercaron al libro. Alicia cogió con mucho cuidado el libro. Después de que lo abriera todo comenzó a dar vueltas…

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